El asunto es que todavía no puede ser feliz. Feliz será el día en que no tengamos miedo de salir a la calle; feliz será el mes en el que no haya más femicidios que días, mejor dicho en el que no haya femicidios; feliz será el día en el que los derechos laborales y los sueldos, entre otras cosas, sean iguales por el mismo trabajo sin importar el sexo; feliz será el día en el que dejen de desaparecer pibas para ser explotadas sexualmente; feliz será el día en el que no existan hombres que hagan chistes sobre una mujer que fue quemada en una parrilla y descuartizada; feliz será el día en el que el aborto sea legal, seguro y gratuito y la ESI, una verdad en todas las escuelas; feliz será el día en el que no sean acosadas las mujeres en la calle, ni con gritos, ni con silbidos, ni con “piropos” ; feliz será el día en el que todo lo nombrado y mucho más (mutilaciones genitales, obligación de uso de una determinada vestimenta, cárcel o muerte por exigir derechos, y tantas otras cosas que suceden en otros países y aquí también) sea una realidad en el mundo entero.
Vera Suarez